Para celebrar los 83 años, que no se cumplen todos los días, y afortunadamente pudiendo comer de todo... un pequeño homenaje a la que fue su profesión. Por entonces iba con su máquina a cuestas de casa en casa cosiendo. Luego nos confeccionó la ropa hasta que fuimos mayores. Hoy todavía enhebra las agujas, sin gafas!!
La máquina es comestible, pero ya ha dicho que "¡no se come!"
Precisamente la hice de manera independiente, por si se quiere guardar, y porque a mi personalmente, lo de comer el fondant negro no me llama mucho (una manía como otra...). Está realizada en RKT (cereales de arroz con nubes). Lo único que no es comestible es la cinta métrica, es solo para hacernos una idea del tamaño (la de cuadros sí que se come). Con poquito tiempo y con un fondant negro excesivamente blando que no voy a recomendar, esto es lo que conseguí hacer. Para mí está plagada de defectos, pero cariño no le ha faltado.
Muchas felicidades.... MAMÁ!!
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